Mi historia
Soy una mujer enamorada de la vida, la naturaleza y las mascotas.
De alguna forma siempre había animalitos acompañándome, perros, aves, roedores, gatos y más, pero fué mi primer hurón Gin quién me llevó a conocerlos, comprenderlos, amarlos y cuidarlos como nunca imaginé.
Cada uno de los hurones que he conocido me ha enseñado de la vida, de mi misma y de ser madre. Con ellos he reído de buena gana, conquistado desafíos corrigiendo conductas no deseadas, llorando cuando han enfermado o partido tras el arcoíris, gozado apoyando a las familias que incorporan un hurón por primera vez. Y sufriendo junto a las familias que están en dificultades con su hurón. Todas las veces recordando cuando yo también fui mamá primeriza con todas esas dudas, compras de más o errores por no saber a quién preguntar.
Experiencia
Crear el Club de Hurones el año 2001 me ha regalado las más lindas amistades y la posibilidad de aprender de las experiencias de todos.
Hacer lo que uno realmente ama es un gran regalo para la vida y eso es una de las cosas que agradezco infinitamente a los hurones y a cada uno de los dueños de hurones que confía en mí.
Durante los primeros 12 años del Club de Hurones la dedicación fue todos los días del año y las 24 horas del día. Mi teléfono, el correo y mi casa estuvieron siempre abiertos a la atención de cualquier duda o emergencia. Las preguntas habituales como dónde comprar un hurón o sus cuidados siempre eran preguntas de día, pero cuando había una emergencia veterinaria y no contestaba la veterinaria el teléfono, entonces las llamadas de madrugada eran frecuentes y haciendo el puente para que la doctora atendiera al huroncito quedaba resuelto y todos felices a la cama nuevamente. Y cuando la urgencia era grave, todos en alerta hasta que el huroncito estuviese estable o sano.
De esta experiencia surge la sensación de ser una gran familia, donde el respeto entre nosotros, la libertad de expresarse y preguntar todo lo que necesitemos ha sido la base de los fuertes lazos creados entre todos los que hemos sido parte del Club de Hurones.
Espontáneamente comencé el Hotel de Hurones en mi casa de Providencia, cuando vivía en Santiago.
Años más tarde cuide a los hurones bebés Marshall que llegaban a Chile, por su representante Animal Care, para entregarlos a sus nuevas familias enseñados a no morder, usar su bandeja, creando en conjunto un manual de cuidados para entregar al nuevo dueño.
Fui la cuidadora de un criadero de hurones chileno, con toda la dedicación, medidas de higiene, responsabilidad y amor que ellos merecen.
Actualmente realizo terapia a huroncitos de familias que necesitan apoyo para corregir conductas no deseadas, como morder, usar el arenero, incorporación a las otras mascotas de la casa, venir a un llamado o solamente orientación para la llegada del primer hurón u otra situación en la que pueda aportar. Incluso me han pedido acompañar a elegir al hurón bebé.
Contacto: Pamela Escobar Calderón Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. +56992940254. Si gustas, ubicame por whatsapp o el formulario web
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